DESOBEDIENCIA GRATUITA

DESOBEDIENCIA GRATUITA

viernes, 8 de abril de 2011

1111111111111111111111111111111111111111111


CLICKEAR EN FOTO
¡ DESOBEDIENCIA GRATUITA ?

por
Mateo Etchegoyhen Barreiro




A mi hermana Magdalena y a mi padre Carlos,
por su colaboración a “la hora de los hornos”

2222222222222222222222222222222222222222222


CLICKEAR EN FOTO

“… Hundo las manos en los bolsillos. Estiro las piernas. La sueñera me da estremecimientos de placer y de fatiga. Siento a la noche metida en la ciudad. Es tarde. Estoy solo.

Aquí no debo quedarme solo. Ya sé. Pero esta noche me dejé estar, me fui quedando, haciendo nada o abriendo las puertitas de la imaginación o la memoria.

Haragán. Me he pegado a la silla. Por el calor, ha de ser; o porque sí nomás.

Siento a mucha gente, conocida o inventada, silbándome en la cabeza. Dentro de mí se cruzan y se mezclan las caras y las palabras. Nacen, crecen, vuelan. ¿Soy este oído que escucha o soy la melodía? No soy el ojo que ve: soy las imágenes. …” . (1)


Este texto de Eduardo H. Galeano realizado durante la infame década del 70’, me introdujo al concepto de imagen como dispositivo represor de una ansiedad y angustia propias de la sociedad a la que pertenecemos. A mí entender, es esta imagen la que produce el mecanismo del fraude, entendiendo al mismo como la idea de una posible muerte en vida; muerte ésta, creadora de sentimientos de miedo / inseguridad, generadores de obras artísticas, así como de nuestra misma cotidianeidad.


Un elemento esencial y que constituye lo que a mi entender sería el hombre en sociedad es “el aparentar”, y a partir de esto es que pretendo comprenderlo. El ser social mediante la utilización de la voluntad como impulso, así como de una probable fuerza que surge de la debilidad de la culpa, produce elementos de montaje de un carril tan pavoroso como es éste, el de la post modernidad.


Es por esto que me cuestiono, ¿Cómo crear una obra que a través de su validez artística sea capaz de ser productora de cambios, sin formar parte, al mismo tiempo, de una ola mediática generadora de objetos / sujetos de consumo?. Creo, lamentablemente -estudiando y pretendiendo entender la coyuntura que nos convoca-, que puedo decir que es realmente “im-posible”.


La velocidad que implica la vida en la era post moderna, se antepone a la convicción en posibles producciones sociales de cambio. Velocidad que -como en la “Historia sin fin” es portadora de una nada devoradora (en lobo)-condensa ferocidad y ambivalencia, síntesis que se contrapone a la posibilidad de recuperación del pasado y, además, a cualquier interpretación transformadora del presente.


3333333333333333333333333333333333333333333


CLICKEAR EN FOTO
¿Cómo debería entonces ser aquel evento artístico productor de cambios?. Una buena aproximación al mismo me es sugerida a partir de una obra teatral de J. P. Sastre:

SIBILOT (con voz ahogada)
¿Será posible curarme?

GEORGES
De tu locura.

SIBILOT
Sí.

GEORGES
Temo que sea demasiado tarde.

SIBILOT
¿Pero si tú me cuidaras, Georges?
¿Si tú quisieras cuidarme?

GEORGES
¡Ah! Yo no soy un psiquiatra. (Pausa.)
Verdad es que se trata más bien de una reeducación.
¿Deseas que te reeduque?

SIBILOT
¡Por favor!

GEORGES
Empecemos. Toma la actitud de la honradez.

SIBILOT
No sé tomarla.

GEORGES
Húndete bien en esa butaca. Pon los pies sobre el taburete.
Ponte esta rosa en el ojal. Coge este cigarro.

(Presenta un espejo a SIBILOT.)

SIBILOT (mirándose)
¿Eh?

GEORGES
¿Te sientes mas honrado ahora?

SIBILOT
Puede que un poco más.

GEORGES
Bien. Deja a un lado tus certidumbres personales y
convéncete de que son falsas, ya que nadie las comparte.
Son ellas las que te exiliaban.
Vuelve al rebaño; acuérdate de que eres un buen francés.
Mírame con los innumerables ojos de los franceses que nos leen.
¿A quién ves? (2)

En esta búsqueda de elementos de trabajo dentro del medio, es que surgen los “actores”, tanto aquellos cuya pertenencia al mundo del arte es directa, como aquellos que participan en el acto creativo sin siquiera notarlo, siendo productores además, de la difusión del fenómeno.

Volvemos con el autor antes mencionado: “...hay un problema que se plantea en suma a todos los autores dramáticos contemporáneos y es el de cómo encontrar un lenguaje dramático para hablar a los espectadores de sus derechos actuales, con los medios actuales, que sean a la vez cotidianos y que operen a la distancia. En síntesis, ¿cómo llegar a ese objetivo sin nada en las manos y nada en los bolsillos? …”. (3)

4444444444444444444444444444444444444444444


CLICKEAR EN FOTO
Surge también el tema de la honradez intelectual, y con él me refiero a un no mentirse, no engañarse, no aparentar, no vivir agobiado por la simulación promovida.

Tras la imagen que difunden y venden los medios de comunicación -construcción alienante- asoma una otra realidad, extraña y siniestra, que llama a ser dicha. ¿Pero cómo? Los medios de comunicación, a través de la repetición, la incertidumbre, juegos simbólicos y físicos entre géneros, de la eventual rivalidad o cercanía (estimulando vivencias persecutorias), etc, etc… Nos hacen pensar en un supuesto enemigo muy próximo que, en definitiva, escamotea visualizar una aprehensión de la realidad.

Pero volvamos al teatro, otro autor como es Bertolt Brecht, nos dice:

“… Hoy los hombres se encuentran ante sus propias empresas como en los tiempos antiguos ante las imponderables catástrofes de la naturaleza. La burguesía –clase a la que la ciencia hizo posible imponer su poder, haciéndose exclusiva beneficiaria- sabe bien que ese poder tendría su fin si sus empresas fuesen consideradas con ojo científico. Hace un centenar de años surgió la nueva ciencia cuyo objeto es el estudio de la sociedad, y surgió de la lucha de los oprimidos contra los opresores. …”. (4)

Se hace difícil dar actualidad a este texto previo, porque la naturalización hizo de la injusticia parte de nuestra cotidianeidad. Ésta misma cotidianeidad de la que formamos parte no nos deja tiempo para acercarnos ante la cruda verdad: la alienación en que estamos embarcados. Y así jugamos los papeles, roles sociales, los sujetos que pretenden que seamos cuando hacemos “vida social”.

¿Dónde “podremos ser”, sin pensar en otro que nos mira, que nos seduce diariamente? ¿Cómo crear y recrear nuestra actualidad? ¿Cómo abandonar esta alienación gratuita y ser artistas?

La llegada de la fotografía dá cuenta, de alguna manera, del lugar otorgado a un nuevo arte, desmitificador. Introduzco un concepto transmitido por H. Quiroga a principios de siglo sobre la función de los intelectuales:

“… He aquí la palabra. No fueron solo nuestros intelectuales, al parecer, los que permanecieron mudos y con superior sonrisa cuando se les hablo del cine. “Arte para sirvientas”, en el mejor de los casos. “Payasadas melodramáticas”, cuando el intelectual explicaba su sonrisa. Cierto; tales groserías melodramáticas constituyen el triste don que las hadas escénicas del primer instante hicieron al recién nacido…”. (5)

5555555555555555555555555555555555555555555


CLICKEAR EN FOTO
No hay una función “verdaderamente” actual que no sea el mismo desuso del evento cultural. Se trabaja a partir de la producción, repetición, publicidad de objetos/sujetos de consumo. El elemento artístico que acompañaba de cerca los fenómenos sociales transformadores, lo hacía armonizando, compartiendo el paso, y no sucede de la misma manera en la actualidad; hay un manejo desmedido de la velocidad que puede desembocar en una inmovilidad neutralizante.

Es por esto que casi cualquier movimiento cultural en post de la superación del sistema hegemónico actual, termina finalmente por ser incorporado al mismo. Por esta razón, y acaudillando un termino utilizado dentro del montaje -del “audiovisual”- es que incorporo el concepto de CORTE como mecanismo de impacto para la reformulación de la cadencia en el mensaje o producto a desarrollar.

Con esto, se diluye la aplicación del fundido en la realización. Elemento últimamente en boga, que censura la visión documentada dentro de la realidad cinematográfica; nos entregan un producto difuminado / disuelto para suavizar nuestra recepción.

Pasolini decía que hay un: “… terror a ser devorados, es decir, la identificación con un arquetipo histórico-biológico de una situación espantosamente nueva. Pero el terror de ser comido, llevado hasta tal extremo, significa en realidad ni más ni menos que “deseo” de ser devorado. Cuando un joven o un anciano muy modernizado, acusándose a si propio y a los demás –hasta llegar a la desesperación y a la abulia-, dice que no hay nada que hacer, que el sistema, fatalmente, no puede dejar de “comer”, en realidad esta diciendo: quiero ser devorado, quiero desaparecer. …”. (6)

Alienación, al fin.

No importa qué es lo que nos hacen creer. Lo que seriamente nos interesa es el cómo trabajar aquello que subyace a toda instancia social / individual: como develar tras esa imagen lo que es escamoteado, esas otras imágenes, nuevas y transformadoras que necesitamos.

Posibilidad transformadora que es, también, inquietante. Aquí surge el valor de la desconfianza en la convivencia; un ejemplo a retratar con vehemencia como héroe postmoderno, es la vida y obra del ultimado rapero Tupac Shakur:

Con sus propias palabras: “… Fear is stronger than love, remember that, fear is stronger than love. All the love I gave, didn’t mean nothing when it came to fear. No question, I sign with Death Row …”. (7)

El miedo, surge también de los cambios constantes, producidos ya sea por los “avances” tecnológicos como por los modos incorporados para relacionarnos, vincularnos con los otros. Es la perturbación fundamentalmente psicológica, ya muy conocida: el miedo al cambio.

6666666666666666666666666666666666666666666


CLICKEAR EN FOTO
Dentro de este parámetro es que se encuentra sometida la humanidad toda, no por falta de conciencia, sino por acostumbramiento. Es una esclavitud asumida y aceptada, pero que sin embrago, contiene el derecho a resistir o enfrentar a nuestros “amos” (padres, dueños, jefes, etc.), respondiendo al determinismo socio-económico en que surgieron y que los formo.

Es de la fragilidad que se siente frente al impacto de la indiferencia que nace en los jóvenes contemporáneos el horror, emergente de este sistema “de terror y urgencia de cambio”. Es aquí, desde el terror de nuestra cotidianeidad, que se posibilita –por ejemplo- un redescubrimiento del audiovisual, ya no sólo como elemento de trabajo, sino como una tecnología de expresión del yo en una dimensión también social.

“… El cine puro es un error, como lo es en cualquier arte todo esfuerzo por alcanzar su principio íntimo en detrimento de sus medios de representación objetiva. …”. (8) Coincidente con Arnold Hauser en su critica al “arte por el arte".

Y aún más, Artaud declarará que: “… Reivindico, pues, los filmes fantasmagóricos, poéticos, en el sentido denso, filosófico de la palabra, films psíquicos. Lo que no excluye ni la psicología, ni el amor, ni el esclarecimiento de ninguno de los sentimientos del hombre…”
(9)

“… Pero que sean films en los que se trituren, se mezclen, las cosas del corazón y del espíritu hasta conferirles la virtud cinematográfica que hay que buscar. …”.
(10)

Quiero introducir además un elemento de reflexión de esta realidad postmo y ello surge de un estudio realizado en Uruguay sobre la industria audiovisual, en donde aparece que hay cierta confusión: algo no puede ser visto como tal en este mundo de inadvertidas contradicciones.


Se dice que: “… La industria audiovisual tiene por objeto la producción, distribución, exhibición y consumo de productos audiovisuales que son, en su acepción más general, productos culturales o simbólicos. …”. (11)

7777777777777777777777777777777777777777777


CLICKEAR EN FOTO
Hasta aquí, todo cuadra dentro de lo que entendemos como ecuación básica de comunicación, dentro de esta sociedad de objetos de comercio. Pero veamos como prosigue:

“… Para que la “obra” resultante de la creación simbólica se transforme en “producto cultural”, es necesario un reconocimiento colectivo o social. Es mediante este reconocimiento por parte de “los otros” que asume la categoría y calidad de ser un producto cultural y no meramente un producto creativo. …”. (11)

Entonces, la mayor problemática radica, a mí entender, ¿en donde comienza la búsqueda? Búsqueda esa, de honradez intelectual en uno mismo y, simultáneamente, acceder como trabajador de la cultura a una calidad de vida aceptable.

Quiero, para culminar, ofrecerles el prólogo de una de las obras de Nicolás Maquiavelo, que fuera escrito por Lucce Césare Fabbri.

Maquiavelo: “… Centró la historia en el choque entre la voluntad de poder y el deseo de libertad; y hoy nosotros palpamos en los hechos, después de tanto determinismo económico, el valor esencialmente político, en el sentido de la dominación, de la posesión de los medios de producción e intercambio. Reveló la antinomia entre gobierno y moral, afirmando que sólo pueden permitirse el lujo de obrar según su propia conciencia quienes no aspiren a imponerse sobre los demás. …”. (12)

Una apuesta fuerte al ejercicio de la libertad, como ineludible fundamento de la creación artística. Y la ultima palabra de Prometeo: “ resisto!”

8888888888888888888888888888888888888888888


CLICKEAR EN FOTO